Este es ejercicio de académico de los alumnos de Tercer Semestre de Comunicación Social para la Paz |
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REQUIEM POR LOS TEATROS (Por Alejandro Correa) |
Las
luces del escenario se encienden, el telón se empieza a levantar y vamos
descubriendo una majestuosa escenografía; el efluvio de las crispetas y de la
gaseosa se embebe por todo el recinto...cerramos los ojos y despertamos en una
cruda realidad, donde el arte y el teatro han sido enterrados y desplazados por
una nueva corriente, quizá más lucrativa para algunos: “la rumba gay”.
Es
increíble aceptar que la grandes edificaciones que se construyeron en 1962,
cuando la Metro Golden Meyer (MGM) creó en Bogotá una cadena de teatros, con
arquitectura y tecnología netamente americana, hoy solo sean escenarios
dedicados a la rumba Dance y al “éxtasis”.
Chapinero
era considerado un sector altamente cultural, en él surgieron grupos teatrales
como “Acto Latino” y “Ditirirambo”, pero el crecimiento de la ciudad y
la llegada de un comercio de rebusque ahuyentó toda corriente artística de
esta zona.
Algunos
de los teatros, mutaron su carácter sensible y expresivo por el cine porno. El
estado en el que se encontraban los teatros era lamentable: sillas rotas,
paredes caídas, pisos agrietados, telones ajados; pero llegaron los empresarios
que vieron en ellos un instrumento de exhibición de nuevas tendencias,
apuntando a uno de los movimientos sociales más grandes del siglo XX y XXI, el
homosexualismo.
Uno
de los teatros se ha convertido en un lujosísimo club gay que recibe cada fin
de semana cerca de mil personas homosexuales que han obtenido su afiliación a
través de Internet.
“De
la misma manera como una pareja heterosexual puede besarse y divertirse en una
discoteca, nosotros también podemos hacerlo sin ningún prejuicio”, afirma
Pedro, uno de los visitantes
El
club tiene salas dedicadas al “Porno-Music” y “Erotic-Music”, donde con
música muy suave los asistentes entrelazan sus deseos en medio de orgías
desenfrenadas que van acompañadas de un show que se desarrolla en jaulas de
acero que bajan desde el techo y dentro de ellas bailarines desnudos.
Hay
salas para todos los gustos, estilos y edades, “Chill-Out” es una de ellas,
donde se realiza el reinado gay y los Dark Queen o Transformistas presentan su
espectáculo.
Para
Edison Ramírez propietario de Theatron, “este lugar es para toda la colonia
gay de Bogotá, pues no solo se encuentra rumba, también existe un espacio
dedicado para tratar temas como el Sida y la bisexualidad”. Agrega que “esta
tendencia ha inundando las grandes ciudades del mundo como lo son Nueva York,
Miami y Lóndres, jamás imaginé
que se adaptara tan bien a una
ciudad tercer mundista como lo es Bogotá”. En el año que llevan de apertura
han logrado acaparar un público perteneciente a Chapialto.
Es
eminente rescatar el respeto por los templos del arte, edificaciones destinadas
a compartir las expresiones teatrales y a entregar a la comunidad un poco de la
herencia que dejaron los grupos gestores del “drama” en la zona de
Chapinero.
Debemos
conservar y reconocer nuestra cultura, dejando a un lado los modelo y tendencias
euro-americanas que impiden el desarrollo y mantenimiento de estos espacios,
como dijo algún dia Constantin Stanilavsky, dramaturgo ruso, “el arte no debe
callarse ni censurarse, es la mayor expresión del hombre para poder conocer su
entorno y conocerse a si mismo...”
Accidentalidad Adopción Arte Autoempleo
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