Este es ejercicio de académico de los alumnos de Tercer Semestre de Comunicación Social para la Paz

 



VIDA PARA LA VIDA

(Por Gina López, Edwin Rodríguez y Leidy Medina)

Bogotá inmensa, hermosa en toda su amplitud, rodeada del concreto y la modernización del ambiente urbano. Es la percepción que se logra desde los cerros orientales capitalinos que, como grandes extensiones de tierra, se imponen en la ciudad para crear un entorno de urbanismo combinado con  espacio natural. En esta zona rural confluyen diversos aspectos,  tales como recreación, proyectos para la conservación ambiental ciudadana y proyectos para la remoción en masa.

En cuanto a la recreación, se destaca el mirador de la  Calera  (también conocido como el “mirador de la paloma”, por un amplio dibujo de esta ave sobre una  roca de este cerro oriental) ubicado en el kilómetro 3 de la vía la Calera, perteneciente a la localidad de Chapinero, que es un lugar que ofrece un espacio para la convivencia en torno al medio ambiente.

Los miradores, más que una porción geográfica, son lugares que inspiran sentimientos, sensaciones y emociones. “El artesano”, un hombre que caminaba por el sector, con la poesía de su voz dijo:  “Era uno de esos días de soledad, cuando estaba sentado sobre el polvoriento borde de este cerro chapineruno, fue allí donde me enamoré de la vida mirando un atardecer Bogotano”. Este personaje con la venta de joyas artesanales al público visitante del mirador, utiliza el arte como el sustento de su diario vivir.

Basta con visitar el mirador para experimentar la percepción que se puede hallar desde allí respecto de la ciudad. En este lugar se parte  lo urbano del concreto bogotano y lo rural del verde en la naturaleza. Es un espacio alternativo para la convivencia, un sitio donde en un medio natural se puede compartir un rato y gozar de la vista panorámica de Bogotá.

El lugar es parte de un proyecto ambiental que será presentado ante el Congreso de la República por  el  Representante a la Cámara Armando Bennedeti. Se pretende que los cerros de Bogotá pasen de reserva natural a parque natural, ya que estos son el borde oriental de un centro  urbano en crecimiento y un área poseedora de valores singulares en lo ambiental, lo biológico y lo escénico que la sociedad aspira conservar.

El “gran parque natural”, servirá como centro turístico en el cual los bogotanos y visitantes podrán apreciar el exótico mundo de la fauna y la inmensa riqueza de la flora. El autor del proyecto reveló a Escenario cuatro de las ventajas que el parque natural le dará a la ciudad.

La primera será el nuevo mecanismo de protección del patrimonio natural, que implementará las políticas de manejo de los cerros de la capital. La segunda se refiere a la obligación que se impondrá a entidades como la CAR (Corporación Autónoma Regional) y el POT (Plan de Ordenamiento Territorial), a desarrollar mecanismos para la conservación del suelo y para evitar la erosión. La tercera ventaja  está relacionada con el propósito del interés mundial de la conservación de la biodiversidad y como última ventaja, la conservación de los recursos hídricos.

Este proyecto de ley ha empezado a tomar curso en el parlamento. Si el Congreso de la República aprueba la creación del parque y los recursos económicos para su construcción, Bogotá  contará con lo que los ecologistas denominan un nuevo pulmón de la ciudad. Traerá un respiro al ambiente urbano. Además, un gran aporte al ámbito educativo, ya que teniendo un gran parque natural a las puertas de la ciudad, se da apertura a la posibilidad de enseñar con la práctica, en algunas carreras universitarias, posibilitando la aplicación de técnicas de  investigación  y colaborando así con el plan de protección al medio.

En este proceso de proteger el medio ambiente se incluye el proyecto de remoción en masa que se constituye, fundamentalmente en la prevención de desastres por derrumbe en zonas riesgosas de los cerros orientales, causadas por el uso inadecuado de los suelos.

Los cerros de Chapinero actualmente son considerados una situación de alto riesgo, a consecuencia de la inestabilidad de sus suelos. Por tal motivo la Dirección de Atención y Prevención de Emergencias (DEPAE), ha desarrollado un plan de contingencia en los barrios periféricos. Esto se viene realizando desde el año 1992 con la Alcaldía local y las juntas de acción comunal de los barrios  El Paraíso y Pardo Rubio, pues  según estas entidades, es allí donde se concentra  el mayor nivel de deslizamientos de tierra.


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